Salí al mundo aquel día. Desnudo de prejuicios y con el alma desabrochada, un blanco fácil. Respondí a los ataques defendiéndome como un gato panza arriba y fui derrotado.
Perdí a los míos, se me escaparon de entre los dedos, no fui capaz de sujetarlos, no pude impedir que cayeran al abismo y me quedé solo llorando.
Tuve en mi mano la oportunidad de destruir a aquellos que me hicieron daño a mí y a los míos, pero no fui capaz de hacerlo.
"¿Porqué eres tan cobarde?", "¿Cuando piensas madurar?", "¿Que es lo que has estado haciendo?" Me preguntaba una voz, seguramente con buena intención.
"He estado ocupado" Fue mi pobre respuesta. Quizá hubiera podido hacer algo más, revelarme contra esa voz.
Es difícil explicar que cuando sales de la tormenta, no eres la misma persona que entró en ella, es más, siento que todavía no lo he hecho y sigo bregando.
Si bailarle al diablo no hace que cambie él sino yo, si es al revés, si ambos cambiamos o nos quedamos igual, lo desconozco. Sólo se que a pesar de haber perdido tantas veces, no me acostumbro ni acepto hacerlo.
Mi fracaso no está en mis caídas, no está en mis derrotas, no está en mis errores, no está en mi cobardía, no está en mi inmadurez, ni siquiera en mi inactividad. Mi fracaso será siempre haber perdido a los míos, no haber sido capaz de impedir que cayeran al abismo y haber sobrevivido.
"¿Cuando vas a echarle huevos?", "¿Piensas hacer algo de provecho alguna vez?", "¿Cuando vas a enfrentarte a la vida y hacerte un hombre?", "¿Vas a decirme en qué y dónde has desperdiciado tu vida hasta hoy?"...
"He estado ocupado..."
Hoy salgo al mundo otra vez.
MIDNIGHTER TRENT (Javier Orta)