Relatos

La Vergüenza de la Familia

 Se levantó por la mañana y salió con un café bebido, iba con prisas (Como casi siempre), vio un vagabundo dormido a la intemperie con la sucia y raída manta caída,(Llegó tarde, no puedo pararme) se dijo y continuó al trote unos y 30 metros

-¡¡Mierda!!

Gritó y volvió sobre sus pasos, agarró la manta y tapó al indigente. Descubrió que la manta estaba protegiendo del frío a una perrilla con sus dos cachorros.

-¡¡Joder!!

Les dijo agachándose y acariciando la cabeza de la madre, miró al vagabundo "Roncador" y ajeno al mundo (Menuda familia) se dijo y cogió en brazos a la perra ya sus cachorros dejándolos en el regazo del vagabundo y tapándolos con la manta(Solo se tienen unos a otros) Pensaba. Abrió su mochila y dejó allí el "Tupper" con su comida y su botella de agua y dijo al mirar la hora.

-¡¡No llego!!

Echó a correr ahora más ligero de peso, de pronto, le salió al paso una mujer mayor.

-¡¡Ayúdeme!!, ¡¡Es mi marido!!

Y le instó a que le siguiera al interior de su casa, un chalet adosado de esa urbanización de clase media. Cuando entró el esposo de la anciana estaba rojo intentando respirar, comprendió que se había atragantado y procedió a hacerle la maniobra Heimlich, a la tercera escupió un trozo de tostada recubierto de saliva, leche y algo de vómitos. Avisó a urgencias y se quedó esperando por petición de la señora (Que suerte la mía) pensaba. Tras 20 eternos minutos, apareció la UVI Móvil y el por fin, pudo irse maldiciendo al mirar la hora de su reloj. Corrió sin descanso más de un cuarto de hora, hasta que tuvo que pararse a tomar un respiro, sus pulmones se hinchaban y deshinchaban como un fuelle viejo y roto.

-Hostia puta, sigo un poco más y reviento.

Dijo casi sin aliento apoyado en un árbol del parque que atravesaba. Estaba escuchando un "Pip, pip , pip..." molesto e irritante que procedía del suelo, buscó su procedencia y vio una cría de gorrión que había intentado abandonar el nido antes de tiempo.

-¿Y tú de dónde coño sales?

Le dijo al tiempo que lo subía a su mano y miraba la copa del árbol buscando la "casa" del prófugo precoz localizándola a unos 4 metros.

-Jovár, hoy pasa todo.

Trepó por el tronco y depositó el pajarito junto a sus hermanos, aprovechó también para entrelazar unas ramitas y hojas al maltrecho nido y se deslizó hasta el suelo.
Salió al trote de nuevo, no seguiría corriendo puesto que ya llegaba tarde.

-¿Señor, podría ayudarnos a cruzar?

Le pidieron unos niños que seguramente iban a la escuela.

-Bueno, venid conmigo tú y tu amigo y cruzad cuando yo os diga ¿Es el colegio de la esquina de la calle verdad?

-No señor es el Santo Padre que está cinco manzanas más abajo, además aparte de mi amigo y yo vamos 20 niños más, toda la clase Naranja.
Contestaron los críos, miró a la derecha y vio a todos los críos mirando sonrientes.

-¡¡¡Cagöen mi vida!!!

Exclamó y se puso a dirigirlos hasta el colegio pensando en qué clase de padres tenían para dejar que siendo tan pequeños, fueran solos al colegio que estaba a más de un kilómetro. "Y encima se llama Santo Padre" Pensó con triste ironía.. Tardó más de media hora con los críos. Cuando vio lo tarde que era, se marchó corriendo al trabajo.

Su padre era el dueño de la fundición donde trabajaba, allí tenía también su casa, que fue la de él hasta que se emancipó. Le estaba esperando con un gesto de disgusto que no anunciaba nada bueno y él le explicó todo lo que le había pasado desde que salió de casa, mientras narraba, en el rostro de su padre se iba endureciendo y sus ojos se llenaban de ira y rabia.

-Eso es todo, es la verdad.

Concluyó mirando hacia el suelo. Su padre guardó silencio y su respiración se fue agitando, hasta que no pudo aguantar más y estalló.

-¡¿La verdad?! ¡¡¡Por supuesto que es la verdad!!! Estoy harto de ti, siempre que espero que mientas y me traiciones lo único que consigo es llevarme una decepción tras otra ¿Es que nunca vas a pensar en ti mismo? ¿No te cansas de dar sin esperar algo a cambio? ¿No puedes llegar y mentirme o simplemente decirme algo desagradable? No, vienes aquí y me cuentas una sarta de verdades de lo buen samaritano que eres y esperas que te perdone... ¡¡¡Quítate de mi vista!!!, ¡¡Eres la vergüenza de la familia!!

Y se fue a trabajar con el disgusto de haber decepcionado a su padre una vez más. Nunca conseguiría condenar su Alma, ni ganarse el derecho a heredar el infierno.

MIDNIGHTER TRENT (Javier Orta)

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