Salí del trabajo y fui a donde me decían las voces. Ellas siempre me han acompañado, me han aconsejado. La primera vez que las escuché, fue cuando vi a mi abuela muerta en su casa. Me asusté, pensé que era ella quien me hablaba desde el más allá, pero no, no era ella, siempre han estado ahí, simplemente fue en ese momento cuando mis oídos se agudizaron y pude escucharlas. Con el tiempo he aprendido a conversar con ellas mentalmente, nunca más lo he hecho con mi voz delante de otras personas, tuve que hacer muchos años de terapia por hablar con ellas delante de la gente. Los demás no las oyen y al contrario que pasa con las religiones, no aceptan que solo yo las oiga y decidieron que estoy trastornado. Conseguí engañarlos fingiendo que ya no las oía, bueno, en realidad ellas me aconsejaron que lo hiciera, por lo que en realidad los engañamos entre todos. Después me construí la vida que esperaban que tuviera. Un trabajo, una pareja a la que quiero, amistades y conocidos. Mi trabajo me deja horas libres, al ser de noche puedo hacer por las mañanas y tardes de los días que descanso cosas que las voces necesitan de mi, cosas buenas, necesarias para que el mundo sea mejor aunque debo hacerlas en secreto, porque el mundo no entiende ni sabe que hay cosas que se deben hacer aunque estas no parezcan correctas. Mi pareja no lo sabe, las hago mientras trabaja y cree que estoy en casa durmiendo.
Hoy me han llevado al metro, me he subido en una estación del circular y me he bajado cuando me lo han dicho. Me he cambiado de andén y he esperado. Es hora punta y hay mucha gente, paso totalmente desapercibido, aunque halla dejado pasar un par de trenes. Las voces me han indicado donde ponerme para que las cámaras no me graben. Hay un ángulo muerto de unos tres metros cuadrados junto al acceso a los trenes. Espero.
Un minuto después la veo llegar, lleva un carro en el que va su bebé. Es guapa, de rasgos caucásicos, tiene una bonita sonrisa. Va hablándole a su bebé, ajena al terrible destino que se cierne sobre ella y su hijo. Ponte junto a ella, hazle gracias al niño para que confíe en ti”. Obedezco y le digo cosas a su bebé, el niño se ríe, ella también, charlamos, es polaca y lleva tres años en la capital, separada, reímos con el niño, el tren empieza a sonar, se acerca, en los carteles luminosos se anuncia (ESTE TREN NO REALIZA PARADA DESTINO COCHERAS). Me prepara para el momento, agarro el asidero del cochecito infantil, ya se ven las Luces del tren que llega a toda velocidad, el niño me sonríe, con el rabillo del ojo miro a su madre, que también sonríe ajena a todo salvo a su bebé y a mí que le hago una caricia.”¡¡¡AHORA!!!” Y todo sucede en menos de un segundo. Tiro del carro y empujó a la madre. Se abalanza sobre mi, esquivo y le pongo la zancadilla. Cae a las vías en el momento justo. Se forma una gran confusión, el chirrido del tren frenando, pero es demasiado tarde. El carro del bebé está caído en el andén. Aprovecho la confusión y me voy fuera. En la calle cojo un autobús que me lleva a casa. Por el camino las voces me felicitan “Lo has hecho muy bien, te has portado...” Las ignoro, estoy cansado y quiero llegar a casa. Llegó y me acuesto.
Me despierta mi pareja, me aseo y comemos, charlamos, me cuenta cosas.
-¿Te has enterado de lo del metro?
-No, llegué del curro y me acosté ¿Qué ha pasado?
-Pues un loco que se ha suicidado en el metro. Casi tira a una mujer que iba con un bebé, y cuando ha ido la policía a por el cadáver, el tío llevaba una bomba casera y pensaba hacerla estallar en el tren, pero al final se tiró a las vías, menos mal. Imagínate la que hubiera armado, era hora punta.
-Pues no, no sabía nada. Este curro que no me entero de nada.
“No le digas nada”. Me han dicho, les contesto que no sé lo iba a decir. “Nos referimos a que vais a tener un hijo, ella aún no lo sabe”. Me quedo sorprendido, bueno, lo haré lo mejor que pueda. Soy una buena persona, aunque eso en estos tiempos no es suficiente, las voces me ayudarán a ser mucho más que eso.
MIDNIGHTER TRENT (Javier Orta)
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No dejes de escuchar las voces, ni de seguir tu intuición.
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